
“Si te sale del alma, hazlo.
Sino… no lo hagas” Petra
Así nos educaba y guisaba mi madre, Petra. Recuerdo cuán felices se sentían sus comensales con sus caldos de marisco, sus pochas con sepia sucia, su potaje marinero, o su pisto… su “sublime” pisto.
En nuestro restaurante, El Bressol, procuramos ser fieles a la filosofía de mamá. Por eso, buscamos entre su cuaderno de recetas, y las recreamos lo mejor que sabemos, aunque interpretarla puede ser complicado:
“Una pizca, dos miajas y media, dos pellizquines, lo que te quepa en una mano, dos bluf bluf y luego remojas”.
En estos tiempos de tantas prisas, hemos querido hacerle un homenaje recreando su pisto para que gente como tú, sin tiempo, pero que valora la cultura de cuchara, pueda abrir un bote, oler a hogar, y que su paladar lo transporte a la esencia de los guisos como los de antaño.
Hacer estos platos de cuchara requiere tiempo, esfuerzo, producto, ilusión… porque son fondos, raíces, origen, pasión y sabor.
Por eso, elaborar este pisto nos lleva entre 15 y 20 días para hacer la conserva. Luego, cocinar el pisto nos toma entre cinco y siete horas. Pero llévalo a tu boca y sabrás que vale la pena tanto esfuerzo.
José Vicente (su hijo).
¿Quieres saborear su pisto?
Para disfrutar el pisto de Mamá Petra, lo primero que debes tener es un poco de paciencia porque lo elaboramos artesanalmente. Por eso, nuestra producción es limitada.
En cuanto recibimos tu pedido lo atendemos cuanto antes siguiendo el orden de solicitudes. Te informaremos cuándo lo recibirás.
Puedes pedírnoslo rellenando el formulario, llamándonos directamente al teléfono, o por WhatsApp.

Envío en cajas de 6 uds.